“El jarrón chino de la interna”: Grabois, en el centro de las quejas del PJ tras la pelea con La Cámpora en Quilmes


Las calles del conurbano profundo donde predomina la informalidad y las regulaciones difusas a veces pueden convertirse en espacio propenso a negociados opacos. Ofrecen testimonio de esta norma no escrita las vías públicas que rodean canchas de futbol, escenarios de recitales frecuentes o avenidas y arterias comerciales.
Esos son los espacios predilectos de una categoría de cuentapropista extendida en las áreas metropolitanas: los “trapitos”, o “cuidacoches”. Definidos como personas que ofrecen un servicio indefinido de custodia de vehículos estacionados en lugares públicos gratuitos. Que dejan de serlo por la sola presencia de ese servidor informal.
El intento de ordenamiento de esa oferta extendida en paseos de Quilmes provocó el estallido de una pelea inesperada entre dos sectores del kirchnerismo con control callejero e institucional: La Cámpora y el Movimiento Patria Grande (MPG). Este capítulo lo interpretaron Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes con licencia porque asumió como diputada provincial, y el diputado nacional, Juan Grabois.
El líder de las organizaciones de Trabajadores de la Economía Popular confronta en esta disputa con una de las aliadas más estrechas de Cristina y de su hijo Máximo. Fue por voluntad de los Kirchner que Grabois accedió al tercer lugar en la lista de diputados por Fuerza Patria para las legislativas de octubre. Aún con la resistencia de Sergio Massa, socio activo del hijo de la ex presidenta en la negociación interna del PJ.
Resistido por los sectores más ortodoxos del partido y por no pocos intendentes, Grabois hizo campaña casi de manera autónoma. Antes de cerrar ese acuerdo electoral había amenazado con armar lista propia, para no compartir lugares con dirigentes massistas. Inauguró un sello por si debía utilizar una estructura nueva y la denominó Argentina Humana. No hizo falta, sobre el cierre de listas consiguió un privilegiado tercer lugar y otras posiciones clave en las listas en CABA.
Con Axel Kicillof tiene un vínculo consolidado, pero a cierta distancia relativa. Cuando avizora un eventual distanciamiento de Cristina Kirchner, el abogado que se hizo famoso por su estrecha relación con el Papa Francisco, asume un alejamiento estratégico.
“Yo quiero que Axel sea nuestro próximo presidente. Lo que tiene que evitar Axel son los cantos de sirena que le dicen que si mata a su madre política le va a ir bien. La verdad que le va a ir mal. Sería un error ético y estratégico”, planteó abiertamente en una entrevista hace un tiempo.
No obstante, la desconfianza entre partes es persistente. “Es el jarro chino de la coalición. A nadie le gusta; no lo quieren descartar porque resulta caro políticamente, pero nadie se quiere hacer cargo”, describe un operador sobre el rol del dirigente social. “No es de peronista reprimir la protesta social. Me importa un carajo lo que interpreten hacia adentro. Yo siempre estuve del lado de los desprotegidos”, declaró este lunes en reportajes radiales, en medio de la disputa que se abrió en el Gran Buenos Aires sur.
El choque con la camporista Mendoza por los cuidacoches de Quilmes entrevera también situaciones ajenas a los principios políticos. En las avenidas y arterias de la ciudad del sur del Gran Buenos Aires hay entre 120 y 200 personas que se dedican a esa actividad informal. “Pueden reunir entre $ 40.000 y hasta $ 80.000 pesos por día, según la época del año. Actúan con pecheras que los identifican con MTEP o la CTEP, o sea de organizaciones de Grabois”, confió a Clarín un funcionario con años de carrera en la comuna quilmeña.
El esquema de control que manejan los dispositivos cercanos al dirigente alguna vez llamado “piquetero” fue corrido de otros escenarios donde intervenían trabajadores informales, como los recolectores de basura con transportes de “tracción a sangre” (o sea con caballos) y de los “recicladores” de basura.
La gestión de Mendoza (asumió en 2019 y la reeligieron en 2023) hizo cumplir ordenanzas municipales para regularizar esas actividades.
El de los “trapitos” era otro eslabón en esta búsqueda de ordenar el espacio público, según sostienen desde la municipalidad. Por eso se aprobó la ordenanza que determina el pago de un estacionamiento medido en algunos sectores de la ciudad delimitados por la norma (SEMM) y también contempla la instalación de servicios de cámara que detectan infracciones de tránsito.
Ese paquete de concesiones municipales detonó la protesta y represión que se registró en el playón de estacionamiento de la municipalidad de Quilmes. Y que terminó con lesionados y una detenida. Desde la UTEP denunciaron que la disposición apunta a que una empresa se quede con todo el negocio. Y mencionan a Secutrans, involucrada en el escándalo de las fotomultas que investiga la justicia de La Plata y que tiene bajo la lupa al ex ministro de Transporte provincial Jorge D`Onofrio.
“Vamos a hacer un proceso transparente. Los pliegos cuestan $ 3.000.000 y se podrán presentar todas las empresas. Lo que no vamos a hacer es entregársela a una cooperativa ligada a Grabois”, fue la explicación que dieron desde los despachos cercanos a la intendencia.
El conflicto callejero en los prolegómenos de las fiestas navideñas remite a episodios trágicos. Ningún alcalde quiere que se encienda esa mecha que no se sabe cómo termina. Los intendentes del área metropolitana que rodea a la capital conocen ese principio y tratan de evitar torpezas que los empuje a los límites del abismo. Por eso en grupos de WhatsApp y mensajes internos, respaldaron a Mendoza y a la intendenta interina, Eva Mieri. Los jefes comunales de cualquier margen del peronismo sabían de qué lado colocarse en esta pulseada que se aparta de las disputas internas convencionales.
Fuente: www.clarin.com



